Transformando lo Simple en Algo Maravilloso
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A veces uno se pregunta, "¿cómo puedes transformar algo tan 'simple' a algo 'maravilloso'?" ¡¡La respuesta es simple: creer, transmitir, transformar y aventarse!!
¿De qué estoy hablando? 🤨 Te contaré...
Kuppani surgió hace ocho años, nos aventuramos a ponerle un nombre e incluso diseñar (sin experiencia) un logotipo, no sabíamos tal vez nada de tazas pero lo que sí sabíamos es que seríamos algo en un futuro.
Nuestro primer nombre fue Dovana, abrimos al público el 2 de Febrero del 2013, en un pueblito pintoresco que a mi no me traía nada mágico porque toda la vida he vivido ahí pero, que a mi socio le daba un sentido de hogar, un sentido de calidez y un sentido de querer explorar el qué pasaría si…
Iniciamos con una tienda de regalos 🎁.
Dovana en ese entonces fue el resultado de trabajos mal pagados, de estar buscando oportunidades y de no encontrarlas, fue el resultado de una relación en aquellos momentos de una pareja de querer estar juntos y hacer algo grandioso en la vida.
Juntos porque definitivamente este pueblito mágico ha sido siempre mi hogar pero, el de mi socio no, juntos porque no queríamos separarnos con nuestros planes profesionales porque sin duda creíamos que había una historia de amor para nosotros. Entonces un día caminando, entre semana en donde en teoría deberíamos estar trabajando, salimos a caminar al pueblito y nos topamos con un local en el centro que decía “SE RENTA”, sin titubear llamamos y sin pensar lo rentamos. ¿Qué pasaría? No lo sabíamos, lo que sabíamos era que teníamos un lugar y que de algo teníamos que vivir 😱. Tal vez las cosas no las hicimos “correctamente” pero si algo hemos aprendido es que nunca se aprende en cabeza ajena.
Iniciamos con lo que conocíamos, lo básico: un local, abrirlo de lunes a domingo, atenderlo nosotros, vender regalos y esperar a que la gente llegara a comprar. A través de esos dos años no vivíamos mal, "sacábamos" lo de la renta, teníamos comida y al cierre del día mi socio me acompañaba caminando hasta mi casa y él se regresaba a su casa... así pasamos dos años. Mal no vivíamos pero, traíamos un "algo" que nos hacía inquietarnos y no sabíamos 😨 qué era.
Cuando decidimos especializarnos en tazas y a recorrer lo que ahora somos 🙂.
No sé qué pasó honestamente pero, un día dejamos de estar en el local, dejamos de esperar gente y las cosas se acomodaron. Empezamos a ver que en algún punto los regalitos no eran lo nuestro y que teníamos un producto, sí un producto que era estrella, que era “común” y que de él podíamos hacer una obra maestra.
Y así inició un nuevo viaje 🙃 entre mi necedad de dejar a un lado todos los “regalos” y el pleno convencimiento de mi socio de que las tazas era a lo que deberíamos dedicarnos. Nos pusimos a investigar y a estudiar 📚. Aprendimos cómo hacer un trazo en la computadora y cómo dibujar un muñeco para transmitirlo en una taza. Recuerdo que para hacer una taza nos tardábamos casi un mes en hacerla, en trazarla, plasmarla y grabarla... el objetivo siempre fue que se viera bonito.
Dentro de nuestros aprendizajes fue encontrar, en ese entonces, proveedores que nos hicieran tazas, ya que no teníamos la maquinaria. Conocimos lugares que a simple vista daban miedo, conocimos personas que al menos creo que jamás hubiera conocido si no nos hubiésemos aventado al mundo de las "tazas", y curiosamente ahora se han vuelto grandes amigos.
Pared de tazas que colocamos en el local, así empezamos a distinguirnos como “la tienda de las tazas”.
Y entonces nos volvimos en este lugar pintoresco, el lugar de las tazas, el lugar en donde los que venían a visitar pasaban y se llevaban una taza grabada y pintada por nosotros. Y así continuamos nuestro crecimiento, cada vez más expertos en el trazo, en el pintado de las tazas, pasamos de tener una taza lista en un mes a tan solo tres días, perfeccionamos la técnica de trazo, de grabado y de pintado. Gracias a nuestro trabajo empezamos a tener practicantes de diseño interesados en estar con nosotros, conocimos artesanos que sin titubear confiaron en nuestro proyecto y nos hornearon tazas para que nosotros las personalizáramos, tuvimos lugares que estuvieron interesados por tener a la venta nuestras tazas y así nos empezamos a dar conocer más.
Así nos la pasamos otros añitos más y a veces uno no se queda quieto porque sabes que hay más que dar pero no sabes cómo. De nuevo nuestra inquietud hizo movernos, nosotros teníamos (y tenemos) en mente que una “taza” es el objeto perfecto para poder iniciar tu día, para poder recordar buenos momentos, y para compartir excelentes pláticas… ¿porqué hacerla de menos?
Un souvenir, un artículo de vitrina, un “esta chida”, un “la usare siempre”, un regalo, una lapicera, un “¡ay, no!, se rompió mi taza, quiero que me hagas una idéntica”, un “le pondré mi nombre para que no se la lleven en la oficina”, son algunas de las palabras y frases que hemos escuchado durante el tiempo de Kuppani y sin duda cuando ven el resultado final terminan siempre con una sonrisa. Esa sonrisa para nosotros significa que hemos logrado transmitir el sentimiento Kuppani, el sentimiento de transformar una simple taza en “TU TAZA”.
Poco a poco fuimos transformando Dovana en Kuppani, un lugar más acogedor, más lindo, más a una experiencia Kuppani 🙂.
Y entonces pasaron 4 a 5 años aproximadamente cuando nos vimos en la tarea de querer hacer algo más, de seguir experimentando con nuestras locas ideas, de salir de la caja y ver qué más hay. Nuevamente yo renuente a hacer el cambio tan drástico y mi socio con ideas que en mi cabeza aún no cabían pero, sin duda ambos en la misma sintonía de querer hacer Kuppani grandioso.
Ocho años después nos han llevado a donde estamos ahora, hemos cerrado nuestra ubicación al público (aunque nuestro gran equipo sigue trabajando a puerta cerrada) y nos hemos aventurado al mundo del e-commerce, yo con miles de miedos, y me imagino que mi socio también 🤭, pero al final del día cada uno de nosotros nos hemos puesto a estudiar y a especializarnos en lo que nos gusta de Kuppani. Uno de nuestros objetivos es seguir transmitiendo lo que teníamos en nuestra ubicación física, en el pueblito pintoresco, a miles de personas más pero, ahora a nivel nacional e internacional.
Ocho años hemos viajado a través del mundo con nuestras tazas, han llegado a todos los continentes, han llegado a mas de 100 países, estamos en casi todos los estados de la República Mexicana y cuando nos dimos cuenta de aquello nos percatamos que parte de nuestra tarea se había cumplido, en hacer de tu hogar un lugar de recuerdos Kuppani.
Es así que para nosotros transformar algo “simple” a “maravilloso” no es imposible, simplemente creíamos y seguimos creyendo en nuestras TAZAS, intentamos de todas las maneras posibles lograr transmitirlo y no ha sido fácil porque son muchas personas con miles de sentimientos y pensamientos contra dos locas personas que en su casa no tienen vasos sino puras tazas jejejeje. Transformar tus pensamientos en algo tangible es sin duda uno de los mayores retos en Kuppani y aventurarse sin saber si aprenderemos otra lección o tendremos éxito rotundo es algo de lo cual hemos aprendido en este tiempo.
Metepec, el pueblo mágico que nos ha visto crecer, el pueblo que nos acogió 8 años, el lugar que nunca olvidaremos porque aquí iniciamos nuestra historia 🙂.
Y entonces estamos en el ahora, en donde les puedo decir que mi socio Roberto, y yo seguimos teniendo una historia en donde nuestras locas ideas llegan hasta nuestro hogar. Nuestros amigos a menudo nos mencionan que ellos consideran nuestra casa la "casa de las tazas", hehe 🤪. Seguimos creyendo en nosotros, en Kuppani y en crear un mundo feliz con instantes y momentos lindos para recordar.
Hemos hecho de “el pueblito” un hogar Kuppani, he transformado a Metepec de un lugar que no le veía importancia a un lugar que nos ha hecho crecer en el ámbito laboral y familiar. Queremos que cuando tú te sientes con una taza Kuppani, en tu casa, en la casa de tus amigos, en tu cafetería preferida, en tu oficina, puedas disfrutar cada momento, sin importar lo que estes haciendo en ese instante y simplemente recordarlo con una GRAN SONRISA, porque en esta vida se trata de SONREIR, de DISFRUTAR y PASARLA BIEN.
Directora Creativa & Cofundadora de Kuppani.